miércoles, 16 de mayo de 2018

Desolación…


Desolación se escribe con una D muy grande. Esta enorme compañera te abraza y te abarca cuando, después de haberlo intentado todo con la mejor intención, ves cómo se desmorona ese todo y te cae sobre los pies. Y te quedas  mirando hacia abajo con cara de circunstancias y una  gigantesca interrogación sobre la cabeza. Y te  miras las manos y las ves cansadas de trabajar y, sin embargo, vacías. Hay que sembrar para recoger, y te dejas la piel con la azada, para que una terrible tormenta lo agoste todo y te deje en medio de la Desolación de una tierra arrasada; y además te dicen “tonto del haba”. ¿Otra vez? Lo calculé todo, lo sopesé todo, lo valoré todo. Hice mi labor y hasta me sacrifiqué; me eché a la espalda más de lo que podía cargar para no quedarme sin mecha…y me quedé a oscuras con las manos quemadas. Saqué fuerzas de donde no creí tenerlas y las encontré ahí para asistirme…esa maravillosa sensación de amparo al encontrar un segundo fondo, como en las cajas de los Magos, con M grande también…
Y fue inútil, todo se malogró. Fue peor que otras veces. Fue con un dolor más intenso. Y fue con Humillación, con H grande…muy grande. Fue con desencuentros terribles. Fue con Egoísmos terribles, con una E grandísima…
Y Desola vino a abrazarme con sus recios brazos y con tanta fruición que me está asfixiando. Sé que sobreviviré a su intensidad. Sé que mis branquias crecerán un poquito más para poder respirar mejor y seguir habitando los fondos de la vida. Lo que no te mata te hace más fuerte y te permite evolucionar. Así que lo bueno de esta historia es que debo de pertenecer  a la élite de mi especie de  tan evolucionada y crecida que estoy…Sean Felices con una F más grande que el Universo…Abrazos de Luz…

A.D.A. 1985